El nacimiento de un nuevo hijo del alimentante, que había conformado una nueva familia, fue apreciado como una circunstancia que justificó reducir la cuota alimentaria.
Se entendió que “si bien la conformación de un nuevo grupo familiar y el nacimiento de un nuevo hijo no puede erigirse en una dispensa de las obligaciones de los progenitores, evidentemente constituye una modificación de las circunstancias y disponibilidades económicas, que debe ser valorada, aunque sin desatender las necesidades de los/as niños/as.
